Hace algún tiempo, mi esposa dirigía el área de servicio de una gran cadena de almacenes, en cada almacén había un punto de servicio, con una auxiliar, responsable de atender las inquietudes y necesidades de los clientes. Eran todas mujeres, chicas jóvenes, estudiantes universitarias en su mayoría. Una vez, con ocasión del día del amor y la amistad, mi señora decidió invitar a todo su equipo a celebrar en nuestra casa. Mi hija mayor, tendría unos 3 años, sabía que iba a haber una fiesta en la casa y, como era de esperarse, estaba muy emocionada; cuando sonó el timbre, fue la primera en salir corriendo a abrir la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, y al abrirla gritó: “Llegaron las señoras”. ¿Las señoras? pensé, si la mayor debe tener escasos 21 años. ¿Si ellas son señoras qué seré yo? Quedé en blanco, como cuando uno se golpea contra el vidrio de una puerta o ventana que no había visto. Fue la primera vez que me sentí viejo. Entendí la frase de Pablo Milanes: “El tiempo, el implacable, el que pasó”
En realidad no estaba viejo, ni siquiera me sentía débil, o lento, no me veía arrugado ni canoso, ni había perdido casi pelo, no tenía barriga, ni estrías, tenía un gran estado físico y claramente podía abusar de mi cuerpo sin aparentes consecuencias, de hecho mis niveles de colesterol, triglicéridos y todo lo demás estaban en cifras envidiables. Pero el punto es que hasta ese momento, mi vida había transcurrido tan rápido, que nunca me detuve a pensar en cuanto tiempo había pasado. Tenía 33 años y mi vida había pasado en un parpadeo.
Si bien 33 años fueron para mí como un parpadeo, entiendo que es muchísimo tiempo y, visto hacia el futuro, parecen una eternidad. También entiendo que el tiempo no corre igual para todos, de hecho, como lo confirma la teoría de la relatividad de Einstein, el tiempo es relativo, pero no solo es relativo en una dimensión física, en relación con la velocidad de la luz, sino también en una dimensión humana, en relación con las situaciones que vivimos o el momento de nuestra vida en el que nos encontramos. Veamos: