Visto desde una perspectiva simple, el Liderazgo Consciente hace referencia a aquel líder que ha crecido en consciencia. En pro de entender correctamente este tipo de liderazgo, resulta importante explorar cada uno de los dos conceptos involucrados: Liderazgo y Nivel de Consciencia. Así, en este escrito, haré una revisión de éstos, para luego integrarlos, todo ello como un ejercicio de aproximación al Liderazgo Consciente.
El liderazgo como concepto:
Desde mi perspectiva, Liderazgo es el arte de inspirar a
otros para hacer que las cosas pasen.
De tal definición se desprende que no se puede hablar de
liderazgo sin considerar la búsqueda de resultados. A mi manera de ver se trata
de una búsqueda intencional, el líder apunta a unos ciertos objetivos y
moviliza su energía a la consecución de estos.
Otro elemento implícito en esta definición es la
movilización de energía humana. Debe entenderse que sin gente no hay liderazgo.
Es decir, no es el líder en sí quien consigue los resultados, aunque participa
de ellos, sino que éstos se alcanzan a través del concurso voluntario de otras
personas. Allí radica la principal diferencia entre el líder y un ejecutor, o
entre el líder y un artista. Es el artista quien realiza la obra, el ejecutor
quien hace la tarea, el resultado es su mérito, fue su energía la que lo produjo.
Pero, en el ámbito organizacional, así como en otros espacios, es común que los
resultados deseados excedan lo que es posible hacer para una persona, así que
se requiere de la participación de otros, de muchos quizás, para lograrlos. Y
allí es cuando el liderazgo se convierte en una necesidad. Por ende, la energía del líder se
concentra en lograr que otros inviertan la suya en pro de una causa común, y
ello genera sinergia, es decir, una cantidad total de energía que es más que la
suma de las energías invertidas.
Esta reflexión implica que el líder tiene gran poder, pero
no me refiero a un poder otorgado por alguien o inherente a una posición, sino
al hecho de que el líder influencia a otros, sea positiva o negativamente,
principalmente porque posiciona ideas, algunas de las cuales se arraigan tanto
que la gente mata o está dispuesta a morir por ellas. Pero no se malentienda,
yo no percibo el liderazgo como ejercicio de poder, sino como un acto de
servicio, de entrega y sacrificio. Implica de alguna manera el desprendimiento
de uno mismo para ser más que uno mismo.