
La esencia del artesano es la transformación, y es un maestro en ello. Toma algo simple y lo convierte en algo único, toma algo ordinario y lo hace extraordinario.
El artesano tiene paciencia, pone atención al detalle, crea belleza y emula la belleza, imprimiendo en cada creación su pasión, habilidad y la sabiduría de su oficio. Es recursivo pues crea desde sus limitaciones, así como desde sus fortalezas, y lo hace a partir de lo que hay, de lo que encuentra, de lo que busca, de lo que le llega o de lo que otros desechan. Usa lo que le fue enseñado, lo que ha aprendido a partir de su experiencia, lo que ha visto, lo que recuerda, lo que imagina, lo que interpreta, lo que cree, lo que piensa, lo que sueña, lo que siente. Se inspira en lo que le rodea, en lo que está lejos, en lo que ya no está, en lo que es, en lo que no es, en lo que fue y en lo que puede ser, dilucidando múltiples posibilidades y viendo lo que otros no ven.
Cuando trabaja, su creatividad fluye, porque está dispuesto a entregar su ser, a expresar su identidad y cuestionarla, a desnudar su esencia y a hacerlo sin tapujos, porque está dispuesto a aprender, explorar, innovar, inventar, intentar y fallar, a crecer, a cambiar, a evolucionar e incluso a abandonar, retroceder e involucionar.
El resultado puede transformar un espacio, llenarlo, darle brillo y vida, infundirle sentido, color y emoción, trasmitir carácter, identidad y valor, capturar la atención, inspirar, confrontar, cuestionar.
En fin, todo artesano es un artista y todo artista es a la vez un artesano.
¿Podría una definición como ésta aplicarse a la Inteligencia Artificial? Yo diría que no. Sin querer polemizar me resulta claro que la Inteligencia Artificial es otra cosa: Interesante, inquietante, poderosa, útil, atractiva, pero otra cosa.
¿Por qué inquietante?
Un estudio[1] realizado por el Banco de la Reserva Federal de St. Louis, Harvard y Vanderbilt revela que, dos años después del lanzamiento de ChatGPT (noviembre 2022), cerca del 39 % de los adultos estadounidenses (18–64 años) ya había utilizado IA generativa. En comparación, el Internet tardó cinco años en alcanzar aproximadamente un 20 % de adopción, y las PC tardaron tres años en llegar al mismo nivel
Según, The Economic Times[2], Bill gates ha afirmado que “La inteligencia artificial está revolucionando las industrias con un potencial de reemplazo de empleos… pero, según él, los programadores, los expertos en energía y los biólogos seguirán siendo esenciales, al menos por ahora”.
Como no quiero que se piense que soy enemigo de la Inteligencia Artificial, o que me opongo a su uso, le pedí a ChatGPT que me indicara que otras personas reconocidas en el ámbito de la tecnología, aparte de Bill Gates, han advertido públicamente sobre la potencial pérdida de empleos por causa de la inteligencia artificial, o alguna idea similar. He aquí sus respuestas[3]:
En una entrevista con Time (colección TIME100) en 2023, Sam Altman, CEO de OpenAI, expresó: “Hay pocas dudas de que la IA hará que muchos empleos desaparezcan, tal como sucede con las nuevas tecnologías, incluso cuando crea otros nuevos.”
En un evento en Lancaster House (Reino Unido), Elon Musk dijo: “Vamos a tener algo que, por primera vez, sea más inteligente que el humano más inteligente. Es difícil decir exactamente cuál es ese momento, pero llegará un punto en el que no se necesitará ningún trabajo”
En una entrevista con BBC Newsnight, Geoffrey Hinton (padre del aprendizaje Profundo) comentó: “Estoy muy preocupado de que la IA se lleve muchos trabajos rutinarios.»
Sin duda alguna el surgimiento de la IA no es nada menos que una nueva revolución industrial, llegó para quedarse y su desarrollo viene avanzando a un ritmo exponencial. Así que las miradas presentadas (de Bill Gates en adelante, que no son sino una pequeña muestra) no parecen ser ciencia ficción y son, la verdad, poco alentadoras. Por consiguiente, el momento actual, y el futuro que se avecina a toda velocidad traen consigo cambios importantes, riesgos significativos y representan un enorme reto para la sociedad.
Ignorarlo sería por lo menos ingenuo, sino tonto, ya que habría que preguntarse de qué vivirán las personas cuando ya no sean necesarias para la generación de riqueza. Y yo añadiría otra pregunta, ¿en qué invertirán su tiempo? pues el trabajo no es solamente una forma de obtener sustento, sino también un medio para la realización personal, una forma de expresarse a uno mismo y un motor para mantener la mente activa. Así que la perdida masiva de empleos podría conllevar impactos muy negativos en múltiples dimensiones.
De hecho, un estudio reciente, realizado por investigadores del MIT Media Lab, liderado por Nataliya Kosmyna, titulado “Your Brain on ChatGPT: Accumulation of Cognitive Debt when Using an AI Assistant for Essay Writing Task”, cuya existencia validé usando Inteligencia Artificial[4], concluye que Usar ChatGPT para redactar ensayos reduce significativamente la actividad cerebral relacionada con la creatividad, la memoria y el pensamiento crítico. Además, afirma que quienes dependen exclusivamente de la IA retienen mucho menos contenido y producen textos percibidos como menos profundos o auténticos. ¿No se ve claramente un riesgo en ello?
La cosa se complica aún más si consideramos como válido lo dicho por Sundar Pichai (CEO de Google) durante una entrevista en 60 Minutes (CBS) en abril de 2023[5]: “Por un lado siento que no estamos preparados … el ritmo al que la tecnología evoluciona es más rápido de lo que las instituciones sociales pueden adaptarse.” Entonces, ¿quién podrá defendernos?
No obstante, en entrevista con Issues in Science and Technology (2023), Fei Fei Li, Profesora de la Universidad de Stanford y codirectora del Instituto HAI (Stanford Institute for Human-Centered Artificial Intelligence) indicó[6]: “La IA no va a reemplazar a los humanos, pero los humanos con IA reemplazarán a los que no la usen”.
Creo que Fei Fei Li se refiere la IA es solo una herramienta, aunque una con el potencial de cambiar el mundo también es una que permite aumentar significativamente la productividad de las personas. Así que, en mi parecer, dio una luz sobre cómo enfrentar, al menos en parte, la posible pérdida de empleos. Pero claramente conlleva a un cambio radical en la manera en que trabajamos.
Aun así, sigue habiendo un problema, pues, de acuerdo con datos publicados en 2023 por el Observatorio de Políticas de Educación Superior de la Unesco[7], apenas el 26.9% de la población colombiana cuenta con educación superior completa (técnico, tecnológico, universitario o más). Y cabe aclarar que este dato es muy inferior al promedio de países en la OCDE donde la cifra sube al 40.4%, así que los países en vía de desarrollo estamos en clara desventaja.
Tales cifras preocupan, al menos a mí, y mi preocupación surge de un supuesto básico: de seguro es más fácil lograr que personas que hayan adquirido una educación superior completa puedan aprender a usar la IA y llegar a integrarla en su trabajo, a que personas que no cuenten con educación o esta sea limitada sean capaces de hacerlo. Y cabe decir que lograr que el 100% de las personas que cuentan con educación superior completa logren esta integración ya de por sí es un reto titánico.
Ello, por supuesto, representa un desafío para la sociedad y para el sistema educativo en particular, ya que hay que enseñar a usar la IA, pero con una visión muy pragmática, que privilegie su uso como herramienta para ser más efectivos, y la rechace como estrategia para no hacer lo que nos corresponde.
Sin duda alguna hoy la IA es un diferencial (para las organizaciones que la han incorporado a sus procesos productivos) pero, como con cualquier avance tecnológico en el pasado, cabe preguntarse: cuando todos la adopten ¿cuál será el diferencial?
Como yo tengo fe en la humanidad, y no le creo mucho a las predicciones de Bill Gates, a este punto quiero traer a colación la película “Talentos Ocultos (2016)” y dentro de ésta, el personaje de Dorothy Jean Johnson Vaughan, quien frente a la llegada de la computadora IBM 7090 adquirida en 1958 por la NASA, que claramente ponía en riesgo su trabajo (y el de muchas personas más), en vez de amilanarse, se dispuso a aprender sobre su funcionamiento, llegando a ser la primera persona en lograr que esta nueva tecnología funcionara para hacer los cálculos de las trayectorias de los satélites y viajes espaciales. Lejos de perder su trabajo, creó un nuevo trabajo, para ella y muchas otras personas, su talento, su talante y liderazgo fueron determinantes.
Así que el factor humano, lo que somos y tenemos el potencial de ser, es lo que podría hacer la diferencia cuando todas las organizaciones hayan incorporado la IA a su quehacer. Tal diferencia, y la posibilidad de que las personas sigamos siendo relevantes, podría estar precisamente en nuestra capacidad de hacer lo extraordinario a partir de lo ordinario, como los artesanos; podría estar en nuestra imaginación y capacidad de soñar, en nuestra intuición y creatividad, incluso en nuestras emociones; o en nuestra capacidad de pensar, analizar, crear y explorar, de ver diversas opciones y en el discernimiento para elegir entre éstas. Podría estar en la capacidad para conectar lo cotidiano para generar nuevas ideas, o en el arrojo y la valentía para seguirlas y llevarlas a cabo, para tomar la iniciativa y usar (o no) la prudencia a la hora de avanzar, así como en la fe y la convicción de que algo puede ser logrado, en la fuerza de voluntad para lograrlo y en la flexibilidad para explorar múltiples caminos para hacerlo y en la resiliencia necesaria para levantarnos y volver a empezar cuando las cosas salgan mal. Podría estar en la forma como nos relacionamos unos con otros, mediante la empatía, la escucha, la compasión, la solidaridad, la sensibilidad, la calidez o el humor y en la capacidad que tenemos para unirnos en torno de causas comunes; O en la forma como tomamos decisiones, incluso con información incompleta, a partir de diferentes interpretaciones de la realidad y múltiples puntos de vista, que nacen de la riqueza de nuestra subjetividad y en la capacidad de integrarlos en diversos escenarios, algunas de ellas lógicas, basadas en evidencia, otras ilógicas, contraintuitivas, ilusorias e ingenuas, basadas en sensaciones, emociones, creencias, intuiciones o caprichos. O podría estar en la posibilidad de decir no, porque algo contradice nuestros valores, o en nuestra capacidad de reaccionar y actuar frente a situaciones inesperadas. Pero, sobre todo, creo que radica en la posibilidad de combinar todas estas capacidades.
Es por eso por lo que hablo de Inteligencia Artesanal, pues creo que lo que ahora más necesitamos para avanzar con paso firme hacia el futuro, de la mano de la IA, incluyendo a todos, sin dejar a nadie por fuera, es aquello que ya tenemos y que forma parte de nuestra esencia. Necesitamos usar todas esas cualidades, capacidades, ese empuje y esa sensibilidad que la naturaleza nos entregó, y ese carácter y sabiduría que se fue moldeando durante milenios y se ha trasmitido a través de generaciones. Es esa nuestra riqueza como especie y nuestra principal esperanza para el futuro.
Porque ¿dónde radica la fuerza de un abogado litigante y en qué se puede diferenciar de la IA?, ¿en su conocimiento de la ley o en su habilidad para recaudar pruebas?, ¿en su capacidad de análisis o en la convicción con que habla, en como conecta a otros con su argumento y en la pasión que infunde cuando presenta su alegato final?
¿Dónde reposa el verdadero valor de un médico y que lo diferencia de la IA?, ¿acaso la precisión de sus manos, el conocimiento científico que lo respalda y la capacidad de tomar decisiones con frialdad aun trabajando bajo presión?, o ¿radica más bien en la posibilidad para conectarse con otro ser humano, en la escucha activa, en la empatía y compasión que siente frente al sufrimiento y en la voluntad de seguir intentando salvar una vida, aun cuando todas las probabilidades están en contra?
¿Qué es lo fundamental en el ejercicio del periodismo y que valor puede ofrecer frente a la IA? ¿Será la posibilidad de escribir correcta y comprehensivamente un artículo o una columna de opinión? ¿será su capacidad de análisis, integrando diversas fuentes de información, y su habilidad para sintetizar todo con las palabras correctas en un espacio limitado?, o, ¿es la sagacidad para acceder a una fuente y la confianza que le inspira y que le permite obtener información clave sobre un determinado asunto de interés público?
¿Cómo no tener fe en la humanidad?
Así que yo definitivamente creo que Bill Gates se equivoca al pensar que la mayoría de las profesiones se volverán irrelevantes. Simplemente evolucionarán, incorporando el factor humano como marca distintiva. No obstante, considerando la velocidad con la que la IA está evolucionando, coincido con la idea de que “en nuestros trabajos seremos reemplazables”, a no ser que nos centremos en la esencia de lo que hacemos y en ello pongamos lo mejor de nuestras capacidades.
Y frente a la predicción de Elon Musk que anuncia el fin del empleo, creo que la pérdida de empleos si se dará, pero será temporal, a manera de transición y, aunque quizás pasaremos un mal rato, más pronto que tarde la sociedad se espabilará, y se crearán esas instituciones sociales a las que se refirió Sundar Pichai, necesarias para poner límites al uso de la Inteligencia Artificial y a su influencia sobre nuestras vidas. Para la muestra, lo que está pasando en Europa donde ya están dando pasos en este sentido con la expedición de leyes que prohíben que niños pequeños sean expuestos a pantallas antes de determinada edad. También llevará al surgimiento de un movimiento que privilegie la compra de productos y servicios dónde el factor humano sea el protagonista[8].
Es decir, yo creo que preservar el factor humano se convertirá en un propósito colectivo.
Pero claro, no es tan simple, ya que los cambios de los que hablamos representan, nuevamente, un reto para el sistema educativo. Ya que, con la IA presente en nuestras vidas, es más necesario que nunca crear estructura mental y enseñar a pensar, a anticipar y, desde edades muy tempranas, a impulsar el desarrollo de las capacidades distintivas a las que me he referido en este artículo.
Y es también un reto para las organizaciones, sus líderes y las áreas de talento humano: Para los líderes, en tanto les corresponde preguntarse cómo mantener la diferenciación cuando todas las organizaciones en su sector hayan incorporado la IA. No es nada menos que una pregunta sobre estrategia y sostenibilidad. Y es que la incorporación de la IA en una organización debería obedecer a una profunda reflexión que, ineludiblemente, corresponde a sus líderes y que no puede delegarse a la IA; una pregunta donde se profundice tanto en la diferenciación a partir del factor humano, como en aquella que puede surgir del uso adecuado de la IA como impulsor de la productividad.
Para las áreas de talento humano en tanto no sé trata de incluir frases como “uso adecuado de la IA”, o “habilidad para expresar el factor humano en el desarrollo de sus funciones” en la descripción del puesto de trabajo, o de establecer las mencionadas habilidades como un requisito del cargo, sino de pensar cómo se rediseña el trabajo mismo, y que habilidades hay que desarrollar para hacer aflorar el factor humano, ya que éstas deben ser parte del valor que, en tanto personas, debemos generar.
Frente a la robotización, la automatización y la inteligencia artificial, que sin duda estarán cada vez mas presentes en nuestro futuro, una sonrisa, una palabra de aliento, un abrazo, el brindar apoyo, el escuchar en silencio o compartir una experiencia, o una idea, pueden agregar mucho valor.
Si bien la IA facilitará muchas cosas y nos dará muchas respuestas, hará innecesarias muchas otras. No obstante, creo que aún estamos lejos de que la tecnología nos ayude a lidiar con nuestras emociones, o de eliminar la necesidad de relacionarnos unos con otros, de ser comprendidos y de comprender, o nuestra necesidad de crear y de compartir lo que imaginamos, y ojalá nunca lo perdamos, pues estaríamos perdiendo lo más esencial, lo que nos hace ser humanos.
Pero yo tengo fe en la humanidad.
Foto por Federico Di Dio en https://unsplash.com/
[1] Fuentes: https://news.harvard.edu/gazette/story/2024/10/generative-ai-embraced-faster-than-internet-pcs/?utm_source=chatgpt.com; https://www.stlouisfed.org/on-the-economy/2024/sep/rapid-adoption-generative-ai?utm_source=chatgpt.com
[2] El artículo “Bill Gates predicts only three jobs will survive the AI takeover. Here is why”, al que se hace referencia fue publicado el 28 de marzo de 2025. Puede ser consultado en el siguiente enlace https://m.economictimes.com/magazines/panache/bill-gates-predicts-only-three-jobs-will-survive-the-ai-takeover-here-is-why/articleshow/119533999.cms
[3] A continuación, los enlaces a las fuentes que ChatGPT recomendó en relación con su respuesta:
- Frente a lo dicho por Sam Altman ver: https://time.com/collection/time100-companies-2023/6284870/openai-disrupters/?utm_source=chatgpt.com
- Frente a lo dicho por Elon Musk ver : https://www.linkedin.com/posts/cnbc_elon-musk-thinks-that-artificial-intelligence-activity-7127383373353758720-c1ud/?utm_source=chatgpt.com
- Frente a lo dicho por Geoffrey Hinton ver: https://hrreview.co.uk/hr-news/future-of-work-hr-news/ai-godfather-very-worried-about-ai-taking-mundane-jobs/375467?utm_source=chatgpt.com
[4] El estudio ha sido referenciado por las revistas Time y Nature, ver: https://time.com/7295195/ai-chatgpt-google-learning-school/?utm_source=chatgpt.com y https://www.nature.com/articles/d41586-025-02005-y?utm_source=chatgpt.com
[5] Frente a lo dicho por Sundar Pichai ver: https://www.cbsnews.com/news/google-artificial-intelligence-future-60-minutes-transcript-2023-04-16/?utm_source=chatgpt.com
[6] Frente a lo Dicho por Fei Fei Li ver: https://www.linkedin.com/pulse/ai-wont-replace-humans-joel-gonz%C3%A1lez/
[7] Sobre la información publicada por la Unesco en 2023 ver: https://hepo.iesalc.unesco.org/pc/policy/countrygraph/cp/COL/?utm_source=chatgpt.com
[8] Algo parecido a lo que ha pasado con los productos orgánicos y el trabajo decente, que hoy tienen sellos que lo acreditan y que tienen cada vez más valor para determinar la decisión de compra de muchas familias.




Comments closed