Mes: septiembre 2025

La Planeación Estratégica no ha muerto, pero quizás esté siendo malentendida

Por Carlos Francisco Restrepo P

La Planeación Estratégica no se trata de adivinar el futuro de una organización, pero sí de definir su rumbo, es decir, un marco general que delimita y orienta su esfuerzo estratégico.  Y esto es fundamental, pues si una organización no sabe a dónde va, no puede definir cómo avanzar y llegar allí; cualquier avance que realice podría realmente ser un retroceso; no podrá enfocar su energía; se volverá reactiva y se concentrará en lo urgente y ruidoso, pues ni siquiera sabrá qué es lo importante.

La Planeación Estratégica no implica anticipar las decisiones que la organización tomará en el futuro, pero si es reflexionar activamente sobre el futuro.  Por ende, no se trata de definir las rutas a recorrer o las acciones a realizar para crecer, afianzarse, conquistar, avanzar o cumplir con su objeto social y lograr los resultados que necesita/desea alcanzar en los siguientes años, o décadas. En mi parecer tal idea resulta un poco absurda, pues el nivel de incertidumbre sería demasiado alto, ya que el entorno no es estático y la competencia no es pasiva, así que cualquier supuesto que se hubiere contemplado respecto de una determinada ruta de acción, cualquier apuesta que se hiciere respecto de lo que se cree que va a pasar si elegimos un camino particular, podría no tener suficiente sustento, por tanto, perder valor rápidamente. Y esto se da, principalmente, porque no podemos anticipar todo lo que va a suceder, ello requeriría de un vidente, o tendría que construirse a partir de interpretaciones del entorno y de la realidad que probablemente estén incompletas (pues hay demasiadas variables en juego y demasiados cambios en movimiento) y además podrían estar un tanto sesgadas, pues están mediadas por nuestras ideas y prejuicios y por nuestra propia y particular manera de ver el mundo.

Sin embargo, planear estratégicamente si implica que se deben definir cuáles son los resultados deseados en un determinado periodo de tiempo, y, a partir de ello fijar las metas concretas que establecen con claridad qué es lo que se quiere y se debe lograr. Es decir, la Planeación Estratégica está más en el campo de los “qué”, que en el campo de los “cómo”.